AL PAPA FRANCISCO I

Estimado Francisco.

En primer lugar quiero pedirte disculpas por no dirigirme a ti como Su Santidad, no creo en esas cosas, como tampoco me dirigiría a nadie como Su Alteza, Excelentísimo o cualquier otro título que se le haya dado. Creo que todas las personas somos iguales, y como me gusta que me traten de tú, hago lo mismo.

Estoy bautizado, comulgado y confirmado en la religión católica, pero hace muchos años que deje de creer en dioses y mucho menos en los hombres que dicen ser sus ministros en la tierra. Sobre todo, cuando vi a algunos de esos ministros, intentar aprovecharse de jovencitos en plena adolescencia o cuando me invitaron a abandonar los estudios por no aceptar la disciplina del Opus Dei.

También debo reconocer que he conocido y conozco muchas personas, algunas religiosos y religiosas, otras seglares, buenas, honradas y que desde dentro de la iglesia católica, han trabajado y lo siguen haciendo por sus semejantes.

Me dirijo a ti como representante y persona influyente, que lo eres, en millones de personas que profesan la religión católica y otros muchos cristianos, para pedirte que te sumes a la petición que existe en numerosos países, pero que personalmente creo que debería ser mundial, para la consecución de una Renta Básica de Ciudadanía Universal y te expongo los motivos de dicha petición:

Los actuales dirigentes de las naciones que pueblan nuestro planeta, parecen estar o están dirigidos por las grandes fortunas, empresas multinacionales (farmacéuticas, energéticas, alimentación, …) en definitiva por el poder financiero, que pagan sus campañas electorales para poder engañar al pueblo.

Hoy tratan de engañarnos, esos mismos dirigentes, proponiendo la consecución del pleno empleo, algo realmente imposible dada la mecanización, automatización y cada día la más innecesaria mano de obra de las personas, como antes lo era. Para conseguir ese pleno empleo nos engañan con rebajas de salarios, aumento de la producción, aumento de las horas trabajadas, recortes de derechos sociales, etc.  En definitiva, haciendo que las personas sean cada vez más pobres y esclavas, a la vez que cada vez crecen más esas grandes fortunas y el número de ellas.

Sin embargo las únicas fuentes de riqueza real en nuestro mundo son: el trabajo de las personas y los recursos naturales, no hay otros. El trabajo es nuestro y los recursos naturales deberían ser de todos.

Somos más de 7.000 millones de personas las que habitamos en este planeta llamado Tierra, todavía estamos a tiempo, eso al menos espero, de no acabar con sus recursos naturales, de lograr un equilibrio entre, lo que nuestro planeta con sus recursos naturales, y nosotros mismos podemos producir y consumir. Vamos a necesitar un cambio de mentalidad, de civilización, es imprescindible. Los países del llamado Norte, debemos aprender a consumir menos, a crecer menos, para que nuestros hermanos del llamado Sur, puedan crecer y podamos mantener entre todos un equilibrio.

Una de las formas y creo que la única en estos momentos, es la consecución de la Renta Básica de Ciudadanía Universal. Con ello conseguiríamos que todas las personas tuviesen ese mínimo necesario para sobrevivir, para alimentación, para vivienda, para agua y energía. Por supuesto que en cada país sería distinta, puede ser distinta la cantidad de dinero a recibir o que desde las instituciones o el estado se garantice efectivamente, ese derecho al hogar, a la alimentación, al agua y a la energía.

Toda persona que naciese en este planeta debería tener ese derecho, solamente por el hecho de nacer. No es imposible el financiar tal medida, solamente hace falta un justo y equitativo reparto de la riqueza. No es ético, ni social, ni político, ni cristiano, ni justificable bajo ninguna de las religiones que existen, que la mitad de la riqueza de este mundo esté en manos del 1% de la población. La limitación del salario máximo, también sería una medida oportuna. Que ninguna persona pueda tener un salario mayor a 5 veces del salario mínimo.

Con esa Renta Básica, el trabajo precario desaparecería, nadie se vería obligado a aceptar contratos de trabajo inhumanos. La emigración sería voluntaria, no por necesidad de alimentar a la familia o por poder comer uno mismo. La conciliación familiar sería posible, no haría falta trabajar 12 horas para sacar la familia adelante.

Hace años en España y supongo que en otros muchos lugares, muchas familias para sobrevivir, metían a los hijos e hijas a las órdenes religiosas y/o al ejército. Así hemos tenido los religiosos y los militares que hemos tenido. Con la Renta Básica, los empleos serán más vocacionales con lo que todas las personas ganaremos.

Desgraciadamente, sabemos cómo se comportan los dirigentes mundiales. Estamos como en 1914 y en 1939 al borde de otra Guerra Mundial, o como tú mismo acabas de decir en una Guerra Mundial por partes, con el único fin de liberarse de millones de personas, engañándonos con las luchas de Religión, de Clases, de Nacionalismos, de enfermedades provocadas, … Esperemos que esta vez no lo logren.

Para lograr este objetivo hacen falta políticos, dirigentes y líderes con valentía, que no se conformen con hablar, que actúen, que pongan a los especuladores, a los corruptos, a los falsos profetas, a los que se han aprovechado de las miserias humanas, en su justo lugar. Unos tendrán que estar en la cárcel, otros expulsados de la Iglesia que hasta ahora les ha dado cobijo o ambas cosas a la vez.

Sé que no es fácil, pero en tu mano está en dar los toques de atención oportunos, expulsa, excomulga a quienes realmente no siguen las enseñanzas de Jesús y haz como él, saca del templo a los mercaderes, todos sabemos quienes son los mercaderes de hoy.

Un afectuoso saludo

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