Después de que haya transcurrido el período de cortesía de 100 días para evaluar la gestión del nuevo gobierno del Ayuntamiento de Logroño, llega el momento en que comparto mis reflexiones sobre dicha gestión.
Aparte de autorizar el funcionamiento de la sirena del Espolón, que ya veremos qué consecuencias jurídicas tiene, pues contraviene la ordenanza de ruidos del Ayuntamiento de Logroño, poco o nada se ha hecho en positivo en estos 100 primeros días del nuevo gobierno del Ayuntamiento de Logroño. Pero vamos a analizar algunas de estas actuaciones o propuestas de futuro.
En el ámbito de la movilidad, resulta lamentable constatar que una de las primeras medidas adoptadas por este gobierno fue la eliminación del carril bici en la Avenida Portugal, y lo que es aún más sorprendente, es que esto ocurrió en pleno agosto y de manera abrupta. Una resolución de alcaldía, firmada por Miguel Sainz, ejecutó esta decisión. En ocasiones, uno se cuestiona quién ostenta el verdadero liderazgo en el Ayuntamiento. Esta acción tuvo como propósito impedir que diferentes grupos, asociaciones y la ciudadanía pudieran expresar sus opiniones y organizarse de manera eficaz. Resulta lamentable que se haya optado por devolver la doble fila de automóviles a la Avenida Portugal, lo cual ha aumentado la congestión de vehículos en el centro de la ciudad, empeorando la calidad del aire, la seguridad y afectando negativamente a nuestra salud.
Además, esta medida ha forzado a los usuarios y usuarias de bicicletas a lidiar con obstáculos como peatones, terrazas y vehículos de reparto en la Calle Bretón de los Herreros. Asimismo, se ven obligados a sortear vehículos en la Gran Vía, donde rara vez se respeta el límite de velocidad. Enhorabuena por estas decisiones que, en lugar de promover la movilidad sostenible, parecen dificultarla aún más. Y ya veremos, si hay que devolver los fondos europeos, será la reversión de un carril-bici, más cara del mundo.
No me voy a extender en las obras, que de momento parece que se han paralizado a pesar de tener fondos europeos para afrontar las mismas: Calle Sagasta, Duquesa de la Victoria, San Antón. Supongo que se dejará todo casi igual, para no molestar, pero lo pagaremos con nuestra salud, todos y todas.
La situación de la limpieza urbana es igual de ambigua que en la legislatura previa. Cuando se intensifica la limpieza en una zona, hay otra u otras que se quedan más desatendidas. ¿La razón? La responsabilidad no recae en el concejal de turno, sino en un contrato firmado por el Partido Popular en marzo de 2019, con una duración de 8 años. Es innegable que es posible realizar modificaciones en dicho contrato, como se demostró en la pasada legislatura para ampliar en un distrito la limpieza, implementar la recogida de residuos orgánicos en toda la ciudad, el sistema de recogida puerta a puerta en el casco antiguo o el programa Segunda Vida. Hay que recordar que todo esto se dejó preparado por la anterior Junta de Gobierno. Sin embargo, es importante resaltar que el Partido Popular no ha aportado novedades en este aspecto, sino que ha seguido en la misma línea que ya se estableció en la legislatura pasada, y que quedó plasmada en las modificaciones necesarias al contrato existente. Así que, a pesar de las fotos, solamente ha continuado lo ya programado.
El intento de demostrar una actitud receptiva por parte del alcalde hacia la ciudadanía, llevando a cabo audiencias los primeros sábados de cada mes, no pasa inadvertido, queda muy bonito. Sin embargo, hay que cuestionar ¿A cuántos vecinos podrá escuchar el Sr. Escobar en esta legislatura si continúa con este enfoque? Considerando que tal vez logre atender a 15 personas en un sábado, multiplicado por alrededor de 45 meses, se llegaría a un total de unas 675 personas, aproximadamente el 0.45 % de la población de Logroño. No obstante, es entendible que se quiera dar una imagen de escucha y diálogo con la ciudadanía, aunque los números dan unos resultados desalentadores.
La promesa de crear un nuevo parque para el disfrute de los logroñeses y logroñesas es otro aspecto llamativo. Sin embargo, parece que se pierde de vista la verdadera necesidad de transformar las áreas urbanas, reemplazando el exceso de cemento y asfalto por espacios arbolados y sombreados, sobre todo, que sirvan de conexión, de corredores verdes entre nuestros parques dentro de la ciudad. Aunque la creación de un parque en las afueras pueda sonar atractiva, en realidad se aleja de la solución necesaria para combatir el cambio climático, la cual debería enfocarse en esa necesaria reconfiguración de las calles urbanas. A pesar de esto, es innegable que el gobierno actual se esforzará por presentar esta iniciativa como su implicación en la lucha contra el cambio climático. Son especialistas en vender humo. La plantación de árboles ya estaba prevista en la anterior legislatura, simplemente para que sirviera de sumidero de las emisiones de CO2. Los parques, mejor dentro de la ciudad.
Lo mismo ocurre con su promesa de terminar el Interceptor Sur de la ciudad. Un plan que ya existía desde los tiempos de Cuca Gamarra, pero que exclusivamente proponía 4 balsas y una tubería para llevar ese agua al Iregua. Un Plan al que, hoy en día, hay que darle una vuelta, aprovechar esas balsas para hacer Huertos de Ocio, para que sirvan de refugio de la biodiversidad, que realmente sea un Corredor Verde y no una tubería como estaba previsto en su día. Pero eso no se hace en poco tiempo, ya que muchos de los terrenos son de propiedad privada, por lo que hay que comenzar con expropiaciones, etc. ¡Vamos!, que siguen vendiendo humo.
Mi interés por los próximos presupuestos es notable. Este gobierno planea reducir impuestos o recurrir a algún tipo de maniobra financiera que, a la manera de Rodrigo Rato, puede resultar intrigante. Espero que los informes del Interventor sean de dominio público. Habrá que ver cómo se logrará mantener el gasto público, especialmente con el aumento en las remuneraciones de la policía, lo que posiblemente, además, traslade un malestar que influya en otras áreas, como los bomberos y el resto de funcionarios. Aunque este gobierno tiene un historial de generosidad en estas circunstancias. En última instancia, los logroñeses y logroñesas serán quienes asuman los costes, ya sea a través de los ingresos corrientes o a los recortes en algunos de los servicios que presta el Ayuntamiento. Me inclino por esto último. Aunque el Partido Popular tiene cierta destreza en la manipulación de cifras, parece que en esta ocasión se enfrenta a un desafío muy importante.
Y ya por último, decirles una cosa, estén ustedes tranquilos, jamás achacaré al concejal de medio ambiente si la ciudad está sucia o limpia. Cuando en la pasada legislatura cambiamos el lema de Logroño limpio, diciendo que Logroño limpio es un «logro compartido», es una responsabilidad de toda la ciudadanía lograrlo. Si está más o menos sucio, no es porque los trabajadores y trabajadoras del servicio lo hagan mejor o peor, ni siquiera de los funcionarios municipales, que donde vean un problema, tratarán de solucionarlo de la mejor y de la forma más rápida posible. Depende de lo que se encuentren en la ciudad. Si todos y todas ponemos nuestro granito y consideramos que Logroño es una prolongación de nuestra casa, seguro que tendremos un Logroño, del que sentirnos orgullosos.