Según datos de la Fundación Affinity, la Comunidad de La Rioja ostenta, con 8,77 animales eutanasiados por cada mil habitantes, el peor índice de exterminio de canes en proporción al número de habitantes de España, cuyo promedio estatal está en el 3,07, muy superior al promedio europeo que ronda el 1 por mil.
La causa fundamental de esta situación es la falta de voluntad política y, por ende, de información y sensibilización, tanto en los hogares como en los colegios. La cría indiscriminada y la reticencia gubernativa a la esterilización, hacen que exista una superpoblación y por consiguiente, un aumento de abandonos y muertes prematuras.
Hasta la fundación de esta plataforma, la respuesta que tanto el Ayuntamiento de Logroño como el Gobierno de La Rioja están dando a la superpoblación es el exterminio. En la perrera municipal se sacrifican sistemáticamente animales sanos, jóvenes y sociables, por el simple hecho de cumplir unos brevísimos plazos de estancia. El criterio es muy similar en cuanto a los gatos urbanos, mal llamados “callejeros”: son considerados plagas, procediéndose a su exterminio masivo e inclemente.
Los datos sobre el exterminio son muy poco accesibles a la ciudadanía. Después de más de un año insistiendo, en el Pleno municipal de abril de 2015, el concejal de Medio Ambiente facilitó la cifra de animales sacrificados en 2014, que ascendió, según dicha fuente, a ochenta y ocho. No dio datos de años anteriores.
La sociedad está adquiriendo una mayor conciencia sobre esta problemática y las administraciones han tenido que cambiar sustancialmente en los últimos años la forma de entender la protección animal, de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, aprobada por la Unesco el 27 de octubre de 1978 y ratificada posteriormente por las Naciones Unidas, que afirma que “los animales son seres vivos sensibles que tienen unos derechos que la especie humana tiene que respetar”. Tal es el caso del Ayuntamiento de Zaragoza, que logró en solo dos años la implantación del Sacrificio Cero, y también el de Cataluña, que también lo ha conseguido establecer en toda la comunidad autónoma hace varios años.
En conclusión, afirmamos que el sacrificio cero no solo es POSIBLE, sino que es una realidad y un imperativo ético y humanitario.
Por todo lo expuesto, las asociaciones, partidos políticos y personas sensibles a esta situación constituyen la Coordinadora por el Sacrificio Cero en La Rioja.